The Hive, el «cuartel general» de Schneider Electric en París, es un edificio impactante. Su nombre, que significa La colmena, en inglés, procede de los panales de su azotea, colocados allí para poner su granito de arena a la hora de combatir la intimidante desaparición de las abejas, que son las principales responsables de la polinización. Sin embargo, esta característica no es más que una anécdota si la enfrentamos a las demás peculiaridades de este edificio.
Puede parecernos que hoy en día se usa el adjetivo «inteligente» con cierta ligereza al aplicarlo a los objetos, pero The Hive es realmente un edificio inteligente diseñado de arriba abajo para adaptarse como un guante a las necesidades de las personas que trabajan cada día en su interior, y, sobre todo, para ser eficiente desde un punto de vista energético. Schneider Electric ha utilizado para alcanzar este objetivo buena parte de las tecnologías que comercializa, y parecen haber funcionado: ha conseguido reducir un 50% su factura de la luz. Pero lo mejor de todo es que esas soluciones también pueden aplicarse a la mayor parte de nuestras viviendas.
Puede parecernos que hoy en día se usa el adjetivo «inteligente» con cierta ligereza al aplicarlo a los objetos, pero The Hive es realmente un edificio inteligente diseñado de arriba abajo para adaptarse como un guante a las necesidades de las personas que trabajan cada día en su interior, y, sobre todo, para ser eficiente desde un punto de vista energético. Schneider Electric ha utilizado para alcanzar este objetivo buena parte de las tecnologías que comercializa, y parecen haber funcionado: ha conseguido reducir un 50% su factura de la luz. Pero lo mejor de todo es que esas soluciones también pueden aplicarse a la mayor parte de nuestras viviendas.